¿Existen tratamiento para la enfermedad de Alzheimer?
En la actualidad, no existe un tratamiento curativo, que pueda detener, modificar o prevenir el avance de la enfermedad. Estamos recorriendo un difícil y largo camino en la búsqueda de una solución a esta epidemia del siglo XXI, debemos promover la investigación para la cura del alzheimer y otras demencias. No obstante, existen fármacos que se encuentran en fase de experimentación pero ninguno ha conseguido ser eficaz hasta el momento. También existen otros fármacos que aunque no modifican el curso de la enfermedad, ayudan a tratar algunos de los síntomas más normales mejorando su calidad de vida.
Medicamentos que pueden recetar a una persona con Alzheimer.
Los primeros que aparecieron son los inhibidores de la acetilcolinesterasa, después apareció la memantina. Son medicamentos que retrasan la evolución de los síntomas de la enfermedad pero que no actúan sobre las lesiones cerebrales que siguen su evolución y tampoco alargan la vida de los enfermos.
Los inhibidores de la acetilcolinesterasa
Son la Galantamina (Reminyl®), la Rivastigmina (Prometax®y Exelon®) y el Donepezilo (Aricept®)
Estos tres medicamentos tienen el mismo mecanismo de acción, que es el aumento de la concentración de acetilcolina en el cerebro.
La acetilcolina en estado normal se degrada bajo la influencia de una enzima: la acetilcolinesterasa. Los inhibidores de esta enzima impiden su acción destructiva, aumentan su concentración en el cerebro, facilitando la comunicación entre las neuronas que utilizan este transmisor.
Logran un mantenimiento de las facultades que todavía existen, evitando su deterioro, disminuyendo la frecuencia y la gravedad de los trastornos del comportamiento.
La gran importancia del diagnostico en la fase precoz de la enfermedad influye en la eficacia de estos fármacos, ya que solamente se demuestran estos resultados al inicio de la enfermedad y solamente responden al tratamiento alrededor de unos 30 a 40 % de los casos de demencia diagnosticados. Su eficacia disminuye con el avance de la enfermedad.
Memantina (Ebixa®)
Es el único fármaco representante de los antagonistas NMDA(N-Metil-D Aspartate). El bloqueo del receptor NMDA modula los efectos de la elevación patológica del glutamato que es dañino para la función neuronal. El glutamato es un Neurotransmisor diferente a la acetilcolina, éste fármaco disminuye los efectos neurotóxicos de esta sustancia en el cerebro. Se le atribuye beneficios terapéuticos sobre las funciones intelectuales, el funcionamiento global y el comportamiento.
En un principio, este fármaco estaba dirigido a las fases moderadas y severas de la enfermedad, beneficio que no tenían los inhibidores de la acetilcolinesterasa. Más tarde las autoridades sanitarias aprobaron su uso también a las formas leves de la enfermedad.
Fármacos para el control de alteraciones conductuales
Según vaya evolucionando la enfermedad, pueden aparecer síntomas neuroconductuales como: agresividad, apatía, depresión, desinhibición, ansiedad, irritabilidad, conducta motora errática, alucinaciones, ideas paranoides, alteraciones del sueño, agitación y síntomas psicóticos. Constituyen la mayor fuente de problemas de manejo del paciente siendo los responsable en gran parte de la sobrecarga de la familia o de los cuidadores. Se asocian con un mayor deterioro cognitivo y funcional.
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas es de vital importancia realizar una evaluación clínica correcta, además de identificar los fenómenos que la desencadenan. Su prescripción debe ir acompañada de una adecuada evaluación de los riesgos y los beneficios de su uso.
Los Antipsicóticos:
En general han sido y siguen siendo el tratamiento de elección en casos de alteraciones conductuales y/ o síntomas psicóticos.
Antipsicóticos típicos (también conocidos como antipsicótico de primera generación):
- Los menos incisivos (clorpromazina, prometazina, tioridazina y levomepromazina) menor efecto extrapiramidal.
- Los más incisivos (flufenazina, haloperidol, droperidol, Timiperona trifluperidol, trifluoperazina y pimozida l) se asocian con mayor riesgo de efectos extrapiramidales , incluso con dosis bajas.
Antipsicóticos atípicos (también llamados antipsicóticos de segunda generación):
Menor riesgo de efectos secundarios, sobre todo extrapiramidales y cognitivos. Este beneficio se pierde a dosis altas.
Los fármacos más estudiados son la Clozapina, la Olanzapina, la Risperidona y la Quetiapina. Sin embargo son la Olanzapina y la Risperidona las que gozan de mayor evidencia científica de eficacia sobre los síntomas neuropsiquiátricos.
Los Antidepresivos
Son medicamentos que se cree que actúan cambiando los neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro) principalmente serotonina, norepinefrina y dopamina— que están involucradas en la regulación del estado de ánimo.
Los más indicados son:
- La Trazodona (Deprax®)
- El Citalopram (Calton®, Citalvir®, Prisdal®, Relapaz®, Seregra®, Seropram®)
- La Sertralina (Altisben®, Aremis®, Aserin®, Besitran®)
Los Ansiolíticos
No se recomiendan las Benzodiacepinas entre sus efectos a largo plazo podemos encontrar tanto la dependencia como la posibilidad de efectos negativos en la función cognitiva, salud física, salud mental y también puede empeorar la desorientación. A este grupo pertenecen fármacos como : Alprazolam, Bromazepam, Ketazolam, Clordiazepóxido, Clonazepam, Clorazepato, Diazepam, Flurazepam, Lorazepam, Oxazepam, Temazepam, Triazolam, Midazolam.
Terapias no Farmacológicas:
Según (Javier Olazarán et al.,2010), el tratamiento no farmacológico consiste “en una intervención no química, teóricamente sustentada, focalizada y replicable, realizada sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante”.
Este tipo de tratamientos buscan aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y de sus familias.
Terapias no farmacológicas recomendadas en la enfermedad de Alzheimer y demencias asociadas:
Actividades de la Vida Diaria, Actividades Lúdicas, Arteterapia, Danza Creativa Terapéutica, Estimulación multisensorial, Estimulación psicomotriz, Estimulación Sensorial Snoezelen, Intervención Asistida con Perros, Intervenciones conductuales, Laborterapia, Musicoterapia, Programa de Atención Integral, Programa GRADIOR, Psicoestimulación cognitiva, Psicoterapia, Reminiscencia, Risoterapia, Terapias de Orientación a la Realidad.
Tampoco debemos olvidar que una parte de los destinatarios de los tratamientos no farmacológicos orientadas a las personas cuidadoras son:
Apoyo al cuidador, educación, afrontamiento, asesoramiento, gestión de casos, cuidados de respiro, modificación del entorno y apoyo de familiares.